Lamivudina en el síndrome de Down

LAMIVUDINA EN EL SÍNDROME DE DOWN
El grupo que lidera la Dra. Mara Dierssen en el Centro de Regulación Genómica de Barcelona y científicos del Instituto de Investigación del Sida-IrisCaixa, han mostrado que el fármaco lamivudina mejora ciertas características cognitivas en un modelo de síndrome de Down, el ratón Ts65Dn. Numerosos estudios realizados con otros fármacos y productos en este mismo modelo demostraron también su capacidad para mejorar aspectos cognitivos y neuronales, pero estos resultados positivos no se vieron confirmados al ensayarlos en personas con síndrome de Down de diversas edades. Esto significa que no sabremos el valor real de la lamivudina mientras no sea probada en ensayos clínicos realizados en personas con síndrome de Down.
La originalidad del presente estudio radica en la hipótesis sobre la que se basa. La lamivudina es un producto utilizado en la clínica humana para tratar el sida. Tiene la capacidad de inhibir la enzima transcriptasa inversa, una enzima que interviene en la producción de ADN a partir del ARN.
En las cadenas de ADN que constituyen los genes, existen unos segmentos de ADN llamados retrotransposones, que cambian su ubicación dentro del propio genoma. Para conseguirlo, crean copias de ARN de sí mismos para salir de la zona del genoma donde están ubicados y, más adelante esas copias de ARN se convierten en copias de ADN mediante la acción de la transcriptasa inversa, y vuelven a insertarse en el genoma pero ya en otro lugar. Dichos segmentos pueden insertarse en áreas específicas del genoma y, por casualidad, posicionarse en regiones promotoras de genes asociadas a enfermedades neurodegenerativas, potenciando su actividad.
La actividad de estos segmentos de ADN para saltar de un sitio a otro del genoma aumenta con la edad, y se piensa en la posibilidad de, como consecuencia, aumente la actividad intrínseca y perjudicial de genes que, ya de por sí, están hiperactivos en el síndrome de Down como son el gen APP que codifica la proteína preamiloide (APP), o los genes que codifican receptores de interferón: ambos factores terminan por ejercer marcada actividad neuroinflamatoria y neurodegenerativa, contribuyendo así a la demostrada tendencia del síndrome de Down a desarrollar el deterioro cognitivo propio de la enfermedad de Alzheimer. Por otra parte, se piensa que productos derivados de la APP en exceso, tal como se encuentra en el síndrome de Down, contribuyan también a la problemática cognitiva que se aprecia a lo largo de la vida en dicho síndrome.
En consecuencia, la acción beneficiosa de la lamivudina mostrada en los ratones Ts65Dn sugiere la posibilidad de que, por una parte, bloquee la evolución degenerativa en el cerebro del síndrome de Down hacia la demencia Alzheimer, y por otra contrarreste en algún grado ciertas deficiencias en la capacidad cognitiva.
Como ya se ha comentado, sólo los resultados de los ensayos clínicos que se lleven a cabo por parte de varios grupos independientes de investigación clínica, podrán decidir sobre la validez real del presente estudio. Si lo confirmaran, sería un gran adelanto.